No hacer caso de lo que pone en la portada. No es una distopía, es una historia de un futuro plausible sobre la subrogación o vientres de alquiler. Es interesante, pero no creo que encaje en la definición de distopía. Tampoco tengo la sensación de que "sacude los cimientos del hiperpatriarcado". Sí que incita a la reflexión, sobre todo desde el punto de vista de las madres de alquiler, que se ven "utilizadas" como meros receptáculos, pero tampoco me ha parecido para tanto. Creo que le falta algo más de profundidad en la denuncia social que se intuye en el personaje de Lisa, pero que es apartada de la historia hacia el final del libro.
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