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Este libro me ha sorprendido gratamente. Primero porque no me esperaba que algunos de los protagonistas fueran Iggy Pop y David Bowie. Segundo por la forma en que Rafa Cervera te enreda, te envuelve y entreteje dos historias que antes o después estaban condenadas a encontrarse, incluso el propio lector lo desea con todas sus fuerzas. Tercero por lo real de la historia: todos hemos soñado alguna vez con tener un encuentro fugaz pero intenso con nuestro ídolo, nuestro héroe. Porque todos nos hemos imaginado cómo esa starlette que brilla en el firmamento de lo excéntrico, de la fama, de lo que nos encanta, nos venía a salvar de nuestro mundo aburrido y repleto de rutinas para llevarnos con él hacia lo infinitamente excepcional, convertirnos en su confesor, en su mejor amigo y en una pequeña parte de su mundo. Cuarto, por la enseñanza de que lo raro, lo excéntrico, lo especial, lo diferente, lo estrambótico, lo estrafalario, lo original, lo distinto, lo singular es absolutamente maravilloso y siempre es necesaria su existencia y su protección. Y quinto, pero no menos importante, ese final. FINAL con mayúsculas que no deja al lector indiferente, que incluso se obliga a sí mismo a releerlo de nuevo, a empaparse de sus hojas y darse un pequeño toque en el mentón para cerrarse la boca. Uno de los mejores libros que he leído este año.
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