Lejos de todo

Hace falta tiempo para saber que el tiempo se rige por sus propias reglas

Escribo esta historia porque escribir es la única fórmula para que las piezas encajan y el pasado adquiera sentido.

Nunca nadie a quien has amado deja de importarte del todo.

Los tejados de la fantástica Valencia se despliegan ante ellos desde el mirador de la Torre. La visión total de la ciudad protectora. Un viento cálido les acaricia el rostro. Valencia y la lentitud del tiempo, qué poderosa alianza. Somnifer. Tan placentera.

Siente la amenaza, la devastadora melancolía que se apodera de él en ocasiones. Si no se mantiene alerta, su desazón podría arrastrarlo hacia un vacío y conoce muy bien. No parece que exista nada que pueda salvarlo cuándo quedamos cede su soledad.

Nadie piensa en la muerte a los quince años salvo que la muerte te obliga a pensar en ella.

Con la escritura puedes hacer algo parecido al rock and roll. La diferencia es que no necesita ser adolescente para seguir haciéndolo bien. Está disciplina funciona al revés, el tiempo y la vida te ayudan a ser cada vez más puro. Es posible incluso que al final tu escritura sea la que mejore tu vida. Eso es lo que creo.

Vi cómo se sumerge entre las sombras mientras se alejaba. Mirando la caminar subir al fin cómo se movían las hijas del Cid.

El futuro, una ilusión llena de posibilidades que pierde interés a medida que te aproximas a él.

Me regocijaba pensando que eso era parte del precio a pagar para quienes estábamos allí. La soledad. Aunque yo no veía en aquello un castigo. Poder aislarme era una bendición