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Uno de los puntos a favor de esta trilogía, que además es clave en el desarrollo de la historia, es el mundo creado por la autora. Primoria está dividido en 8 reinos, 4 rítmicos y 4 estacionales. Los primeros no difieren demasiado de lo que estamos habituados, pero los estacionales se caracterizan por tener una única estación, aquella que les da nombre (Primavera, Otoño, Verano o Invierno). Los reyes de Primoria hace años que disponen de unos conductos mágicos que les permiten canalizar la magia y potenciar las habilidades de sus habitantes, pero estos tienen un inconveniente: están ligados a la línea de sangre y esta es masculina en algunos reinos y femenina en otros. Lo que sabemos en cuanto empezamos el primer libro es que Primavera ha masacrado a Invierno durante siglos, nadie sabe el motivo exacto, pero dieciséis años atrás Angra, el actual rey de Primavera, logró su objetivo: finalmente mató a la reina de Invierno y rompió su conducto en tres pedazos y esclavizó a todos sus habitantes. A todos menos a 25 supervivientes que consiguieron escapar, 23 valientes que huyeron junto a 2 bebés: el futuro rey Mather y Meira. Centrándonos en la sinopsis del primer libro cabría esperar que toda la trilogía trate sobre el resurgimiento de Invierno, como estos supervivientes, que con el paso de los años se han reducido a tan solo 8, luchan por conseguir reunir los trozos de su conducto, sobre todo ahora que Mather está a punto de llegar a la mayoría de edad y es todo un guerrero, y conseguir liberar a todo su pueblo. Esta idea de por sí ya me habría resultado atractiva, pero teniendo en cuenta el mundo creado por Raasch estoy segura de que habría terminado sintiendo que la autora no estaba sacando partido a lo que había creado, así que estuve encantada al descubrir que esta se guarda varios ases en la manga. No quiero contar demasiado al tratarse de una segunda parte, sobre todo porque estamos frente a una de esas historias en las que incluso mencionar a los personajes se puede considerar spoiler, así intentaré ser breve y concisa. En el primer libro tenemos una gran sorpresa (que tampoco lo es tanto) que cambia la historia por completo y los conductos reales pronto pasan a ser algo muy distinto de lo que creíamos en un primer momento. Sabremos mucho más sobre estos conductos, el por qué se crearon y como el mal uso de la magia que otorgan dio paso a la Decadencia, un tipo de magia mucho más oscura y peligrosa que, al contrario de la de los conductos, no ve su rango de actuación limitado a un solo reino. En cuanto al mundo creado por Raasch, por todo lo que ocurría en el primer libro centramos nuestra atención en Invierno, Primavera y Cordell, no vimos nada más allá de las fronteras de estos tres reinos, pero en este segundo libro los personajes se embarcan en una nueva misión que los llevará a otros reinos, donde conoceremos a nuevos personajes que pasarán a ser clave para la historia. Aún y así, aún nos ha quedado algún lugar inexplorado que me gustaría poder ver en el cierre de la historia. Raasch tiene claro que cada reino tiene que ser distinto a los demás, que la ambientación del libro es clave para sumergirnos en la historia, por eso cada vez que llegamos a un lugar nuevo se toma su tiempo por describir lo que están viendo los personajes, mencionando todo lo que les llama la atención por ser distinto a lo que han visto hasta ahora. Con ello consigue que el lector tenga claro que está en un reino nuevo y se haga una idea de cómo debe ser la vida de sus habitantes, pero no llega a recargar, en todo momento da la información justa y necesaria. En cuanto a los personajes veremos varios cambios, muchas dudas e incertidumbres y, sobre todo en dos personas concretas, destacará su reticencia a la hora de aceptar su nuevo papel, ese con el que nunca habrían pensado que se tendrían que enfrentar. Si es cierto que con uno de ellos me ha llegado a ofuscar que no se diera cuenta de algo que prácticamente se le había dicho claramente… pero es lo de siempre, los personajes no tienen por qué darse cuenta de las cosas a la vez que yo, ni tampoco reaccionar igual que lo haría yo. Hielo como fuego me ha parecido una buena segunda parte, ha sabido mantener el ritmo de la primera y, como ya debéis saber, eso es realmente raro en una trilogía porque los libros intermedios suelen ser casi todo relleno… aunque últimamente estoy de enhorabuena porque me he encontrado varias historias en las que esto no es así para nada. Tengo tantas ganas de ponerme con el tercer y último libro que creo que lo haré en cuanto termine de escribir esta frase. Enlace: https://pajaraslectoras.blog.. |
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