Amor y Palabras

Comenzamos con una pregunta
Cuando comenzamos nuestra andanza vital lo primero que encontramos son preguntas. Algunas son terribles, otras no tienen respuesta y muchas se contestan con otra pregunta. de cualquier modo, las respuestas las buscamos donde sean, porque parece harto complejo continuar viviendo sin saberlas. Nuestra autora las buscó en la poesía y buscó sobre unos temas muy concretos: el amor, la pérdida, la muerte... Precisamente «¿cómo?» es la primera pregunta que nos plantea en el poemario, y no sabría deciros si encontraremos la respuesta a ella, pero creo firmemente que Montse, desde luego, buscó la respuesta.

Mi reacción fue contestar ¿cómo?, pero sigo sin respuesta, porque si algo hace la poesía es acercarnos a aquellas cosas que no somos capaces de verbalizar de manera simple, por simples que sean.
Los haces del sentimiento
Si algo que me gusta especialmente de la poesía y está muy presente en la obra de nuestra autora de hoy, es que el amor, ese sentimiento afectivo, no se siente solo por la persona que amas (qué concreto entonces) sino por aquellos en quien confías. El dolor en este aspecto estará presente en los versos de la obra y junto a él encontraremos la añoranza de lo perdido.

Y en este aspecto, si tuviéramos que dividir la idea de sentimiento en su obra encontraríamos dos partes bien diferenciadas. Esta primera que comentábamos más arriba, donde la añoranza y la decepción rodea a la voz poética, que no deja de luchar por ser ella misma; y una segunda parte donde esa voz encuentra lo que busca, aunque no se ha podido alejar del dolor.
Ese dolor se llama amor. Ese amor que nos arrebata todo y nos deja exhaustos, como el fuego cuando quema, como el fuego cuando se agota. Y en esta parte me he sentido muy identificada con sus creaciones, porque quien no ha creído alguna vez que salvaba, quién no ha creído que alguna vez completaba.

Pero siempre hay una esperanza
La vida a veces nos da cosas, pero a medias, y sin querer. Parece que tiene que llegar como por casualidad y sin buscarlo y así sucede con los poemas de Montse. Ese amor que parece que por fin no va a doler.
Pero, Finalmente duele, porque parece que tiene que hacerlo para ser real. La clausa: la distancia. Ya sabéis, si seguís más o menos el blog, que no puedo dejar entender estos poemas de una manera más íntima si cabe porque yo estoy en una relación a distancia y, aunque la gente no lo entiende, me maravilla encontrar a alguien que no solo lo hace, sino que lo ha vivido.
Porque justo incide en lo que nadie piensa, en la respuesta a las preguntas. La ilusión, la esperanza y la anticipación. Así nuestro poemario, que podía verse como una obra negativa o triste, termina con un canto a la esperanza, a la lucha y al encontrarse a una misma, no completándose, sino sumando. Un canto al amor que llega de forma boba y se queda a pesar de todo.
Feliz canto, feliz día
Reencontrarme en los versos de Montse no ha venido solo porque pueda identificarme, sino también porque nuestra autora consigue hacer de lo difícil fácil y el lenguaje que emplea en sus composiciones es ese que entendemos y que nos llega a todos.
Aquellos que dan un «no soy de poesía» o un «es que no la entiendo» siempre me dan por pensar que es que no han encontrado aún a su poeta, porque al menos todos tenemos uno. Por ello, y porque los temas que han movido a Montse los has vivido o los vivirás pronto creo que deberías atreverte a averiguar si ella es tu poeta.


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