Es el segundo libro de la serie del cuarteto Smythe-Smith y sus protagonistas son Daniel, el hermano de Honoria y Anne, la institutriz de las pequeñas primas de la familia. Es una historia encantadora, que empieza de forma sencilla y conforme vamos avanzando se va complicando con secretos, accidentes y otras dificultades. Me encanto como empieza todo entre los protagonistas y como quedo marcado para ellos ese instante. Todo sucede muy deprisa realmente, apenas unas semanas para darse cuenta de lo que son el uno para el otro y lo que realmente quieren pese a las habladurías y costumbres de la época. Tenemos algo de acción, hay un enemigo poniendo en peligro sus vidas y no sabemos bien quien es en un principio, tanto Daniel, como Anne tienen en sus pasados gente vengativa y con ganas de hacer daño. También me han gustado mucho las conversaciones y dialogos, algo cínicas o cómicas en muchos momentos, provocadoras y con dobles sentidos. Las niñas Smythe-Smith han puesto el punto tierno a la historia y tienen gran protagonismo, son un encanto, con mucho desparpajo y listas. Decir también que incluso los malos tienen su punto divertido y sentido del humor, lo que los hace menos malvados. De momento, mi favorito es el libro de Honoria, pero este ha estado muy bien y me ha durado muy poco, es de los libros que se leen solos y te dejan con ganas de más. Deseando leer el siguiente, lo recomiendo. |