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“Érase una vez un rebelde” de Mary Jo Putney, segunda entrega de Los Calaveras Redimidos, un romance de época con un cliché que me encanta, romance entre amigos de la infancia. Esta historia comienza con nuestros protagonistas viéndose forzados a separarse, cada uno llevará una vida completamente distinta a la que, por nacimiento y posición, les hubiera tocado vivir en la Inglaterra de 1814. Callie vive ahora en Washington D.C, en un momento de poca seguridad para sus habitantes pues los ingleses están a punto de invadir el país. Por otro lado, Lord George Gordon Audley, tras recorrer medio mundo y pasar por innumerables peligros, es contratado para llevar a cabo una misión en dicha ciudad. Allí tendrá lugar la mayor parte de nuestra historia y la mejor, en mi opinión. La autora ha llevado muy bien la trama que viven los protagonistas, enmarcada en una batalla poco conocida de EEUU. Me ha resultado de lo más interesante descubrir y vivir, mediante los personajes, dicha batalla. No obstante, ya llegando al final, cambiamos de escenario y creo que la autora ha puesto demasiado dramatismo y alguna escena gratuita que podría haberse ahorrado ya que no aportaba nada a la trama. En cuanto a los protagonistas, ambos me han gustado, ella, rebelde en su adolescencia se ve forzada a madurar de la noche a la mañana pero se convierte en la mujer independiente y luchadora que es hoy en día. Él, pese a todo lo que ha tenido que sufrir por culpa de un padre autoritario, es bastante diplomático, amable y de buen carácter. En líneas generales es una bonita historia de amor, que engancha, con momentos de acción y otros más pausados de romance, una combinación perfecta. Pero, si es verdad que, el final ha sido lo más flojo con escenas algo precipitadas y sin mucha conexión con el resto del libro. |
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