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Siendo francamente objetiva, la lectura ha sido muy buena. He pasado momentos muy buenos, llenos de hype, pero también tiene sus cosillas que me dejaron un poco con la mente embotada. Al principio no sabía con qué iba a encontrarme y empecé a leer, tranquila, normal, pero me resultó un poco aburrida, fue cuando descubrí que era la parte introductoria de la trama: nada puede ocurrir en un lugar si no se conoce previamente. El autor nos presenta a uno de los personajes, quien tiene más peso en toda esta historia: Germán, un chico promedio que busca piso en la zona céntrica de Madrid. Entre un anuncio u otro encuentra el que aparece en la sinopsis “Se alquila piso por 204 euros” vamos, una auténtica ganga. El muchacho desconfía, eso es normal, pero luego lo intenta y resulta ser que dicho alquiler es verdad por lo que decide probar. Es aquí cuando empieza el máximo salseo novelesco: desde un principio todo se torna extraño, y cuando digo todo es todo: A la hora de buscar dicha inmobiliaria, el arrendatario, los demás inquilinos… algo completamente inusual. La historia me gustó, repito, la trama va siempre por buen camino, con sus momentos de tensión, acción y descanso. Me gustó la forma en que se logra quitar peso al terror que también hace su aparición y cómo reaccionan cada uno de los personajes. Y sobre los personajes: creo que fueron acertados, cada uno con su personalidad y su carácter bien definido. Amé a Manuel, vecino de puerta de Germán, y a éste también, a Astrid, Bea, Nuria, Alexander, Rafael, Rosa, Emilio y Amanda. Ésta última me pareció insufrible su carácter y su forma de tomarse las cosas “en serio” La Torre de la Encrucijada nos habla de mundos dentro de nuestro mundo, de aventuras, de horror, de compañerismo, de miedos e incertidumbres, sin olvidar las leyendas que habitan por cada rincón de Madrid, una ciudad hermosa y llena de historias dignas de compartir. Esta novela es recomendable para leerla despacio porque hay escenas con explicaciones algo densas y es necesario tomarse su tiempo para digerirlas, pero todo lo demás es para disfrutar. |
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