Una obra de arte. Eso es lo que es este libro. Te atrapa de forma en la que sientes que hablas con un amigo, quien te cuenta cada día a modo de diario. El ambiente es tan mágico que sientes que vives en la propia ciudad, que también conoces a Georg Kahn. Una auténtica maravilla, Bruno Puelles ha sacado un libro que espero que no pase nada desapercibido.
|