Pues aquí estoy con la reseña de un libro que cuando salió sabía que no me leería ni de coña, ni que no tuviese otras cosas que leer. Pero claro, empezamos con la tontería de ¿y si lo leemos? ¿no sería ideal para agosto? Vamos, un no hay huevos, ovarios en este caso, en toda regla. No os tengo que explicar cómo terminó la cosa, ¿verdad? Empecé el libro sabiendo que no me iba a gustar. ¿Y qué ha pasado? Que no me ha gustado. Ejem… aún no me he dado un golpe en la cabeza, tranquilos todos. Para mí el libro es un intento de lavar su imagen de forma brutal, a ver, que también es lógico, lo escribe él, no va a tirar piedras a su propio tejado, pero se pasa de intentar dar pena por ser el incomprendido. Aunque tampoco ha sido una pérdida de tiempo absoluta, mis compis de lectura y yo hemos terminado con un master en pilotar Apaches y un cursillo acelerado de protocolo inglés. ¿La ironía se nota o tengo que explicarla? |