Hace mucho tiempo que mucha gente me recomendaba mucho leer a Terry Pratchett, y por fin he tenido la oportunidad de leerlo. ¡Guardias, guardias! forma parte de la enorme saga de Mundo Disco que ha hecho tan famoso al autor. Y la verdad es que se lo merece. La obra parte de un argumento arquetípico de las obras de fantasía y tiene todos los elementos que suelen constituirlas: magos, dragones, ambiente medieval, caballeros, hechizos, enanos... Pero la ciudad en que se desarrolla es una gran urbe en decadencia, donde, para bajar la criminalidad, se ha incluido a los ladrones, asesinos y violadores en la vida y la economía. La parodia de Terry Pratchett no es sutil ni elegante, como no es la es la de Cervantes de los libros de caballerías; es directa y llega a ser cruel, como aquella. Los personajes son parodias de los que encontramos en la fantasía heroica, fuente de la que bebe y de la que pretende ser una crítica y sátira sin, en el fondo, dejar de ser a la vez un homenaje, pero también nos recuerdan amargamente a personajes que podemos encontrar en nuestras vidas diarias y son una excelente y fría representación de nuestra propia sociedad: alcohólicos, comerciantes sin escrúpulos que solo valoran el dinero, política, racismo... Una obra que tiene un compendio de virtudes, tanto por su crítica literaria como social. ¡Me ha molado bastante!
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