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Mauricio es asombroso, pero no lo es al cien por él mismo, lo asombroso de Mauricio viene también por los ratones que lo acompañan. Los ratones y el gato obtuvieron los dones de la inteligencia y del habla, los primeros por comer desechos de la Universidad Invisible y el segundo por comerse a uno de estos ratones. Ahora junto a Keith, un joven huérfano, van de pueblo en pueblo creando la artimaña de que hay una plaga de ratones y espantándolos con un flautista. Todo parece ir bien hasta que llegan a Mal-Baden, pueblo que Mauricio les promete a Peligro Alubias y a Melocotones que será la última víctima de su tetra, pero antes de que esto se cumpla, descubrirán que hay algo más oscuro y misterioso que se esconde en las alcantarillas de la ciudad y Mauricio, sus roedores y Keith, con la ayuda de Malicia, deberán descubrir de qué se trata. Si bien la primicia de El asombroso Mauricio y sus roedores sabios da pie a pensar en la novela como una reinterpretación del famoso cuento de El flautista de Hamelin esto no es del todo cierto, mucho menos si el sujeto que firma la dichosa reinterpretación es nada más y nada menos que sir Terry Pratchett y aún menos si esta interpretación está embebida dentro de su genial serie del Mundodisco. De lo que propone Pratchett en su obra, para mí lo que más reluce es la conciencia que alcanzas Mauricio y las ratas. A primera vista se podría creer que se trata de otra historia de opresor y oprimidos, pero pronto el tema da un giro bastante interesante y por un lado nos deja a un Mauricio bastante mordaz, rápido de mente y con toda la astucia gatuna a flor de piel. Mientras que por el otro lado nos encontramos con todo un catálogo de personalidades dentro de las ratas, todas complementarias entre sí y que hacen un curioso frente a las ocurrencias de Mauricio. El asombroso Mauricio y sus roedores sabios nos lleva a la par por dos tramas. La primera es la de Mauricio, Malicia y Keith tras el complot que hay en la ciudad y que atañe a la escasez de comida y su relación con los cazadores de ratas. Por el otro lado están las ratas, su viaje por el subsuelo de la ciudad, la introspección y el afloramiento de su nuevo ser. El mejor ejemplo de un “conócete a ti mismo” en versión ratuna. Si bien no es común que ni un gato, ni un grupo de ratones hablen —al menos no he visto el primero—, a mí me gustó más el tema de los ratones y cómo a lo largo de la novela exploran su conciencia. Jamoncocido es un ratón viejo, el líder de la manada antes del accidente mágico que les cambiaría la vida, y que siempre se cuestiona si es necesario o no cambiar el estilo de vida que siempre habían llevado. Peligro Alubias es el primer ratón que reconoce la existencia de su ser más allá de este plano y no tarda en convertirse en el líder espiritual de su grupo. Melocotones, cuestiona la validez moral de los actos planeados por Mauricio y que llevan tiempo haciendo. Castañoscuro es un líder natural, abierto al cambio y desprendido de la existencia siempre y cuando su sacrificio sea en pro de la manada. ¿Entienden ahora a lo que me refiero? Es increíble la forma en la que Pratchett conforme las ratas ganan conciencia, ganan personalidad e individualidad y son capaces de afrontar algunas de las ideas de Mauricio mejor que las respuestas que él apenas puede balbucear. Esto también abre espacio para que en el libro se desarrolle —no tanto como uno quisiera— una afrenta entre el conservar las tradiciones y abrazar los nuevos estilos. Jamoncocido encarna todo lo que la anterior vida de las ratas supone, tanto en la mejor como en la peor versión y no titubea en exponer su disgusto cuando algo está pronto a cambiar, todo por el simple hecho de que “siempre se ha hecho así en la manada”. En cambio, Mauricio encarna todo el cambio que viene para las ratas. Las saca del basurero donde vivían, les enseña una forma de ganarse la vida —ya vimos que luego ellas evaluarán el valor moral de este actuar— y sobre todo, les abre el panorama sobre las aspiraciones que podrían tener, algo que sin embargo las impulsa a lo largo de toda la novela. Esta novela del Mundodisco es bastante curiosa pues es la primera novela independiente —la gran mayoría vienen en series temáticas— y se supone que es una novela juvenil. Lo primero se logra de forma bastante interesante pues las referencias a los otros lugares del disco no son fuertes y funcionan de igual forma si alguien conoce el lore o no. Pero lo segundo es algo bastante cuestionable, no porque no se haga, sino porque El asombroso Mauricio y sus roedores sabios tiene un tono oscuro, más allá del que se acostumbre ahora en los cuentos de hadas. Si bien es un libro que no tiene mayores peros, el extraño giro en la trama cerca del final le resta un poco al nivel que iba ganando la obra. El tema del rey de las ratas se soluciona de forma rápida y pronto se le da paso al tema de un “verdadero” encantador de ratas que también ha venido a Mal-Baden a hacer fortuna a costa de la plaga de ratas que pulula en la ciudad. Si bien este acto tiene como finalidad darle un cierre a Keith, se me hizo un poco forzoso y hasta innecesario. Casi como enfrentar a uno de los jefes secundarios justo después del jefe final. Pratchett es uno de esos ingeniosos autores que supo cosechar muy bien y de maneras muy ingeniosas el género del fantasy. Cada nuevo viaje a través de su obra me da más elementos para recalcar lo ingenioso que era y lo importante que es para la fantasía contemporánea. Ojalá más personas se lograran acercar a su Mundodisco porque es un lugar en el que no demorarán en sentirse como en otra casa. |
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