En este libro seguimos a Julia, esta vez sí tengo la sensación de que ella es la protagonista, y vemos lo difícil que fue su situación desde que consiguió lo que tanto ansiaba en el primer libro: el poder y dominio de Roma. De nuevo, todo está en su contra: dioses, mortales y parece que hasta ella misma, que cegada con sus objetivos descuida elementos que a largo plazo le serán imprescindibles. Es un libro que muestra las barbaridades que se hacen por conseguir y mantener el poder y cómo este corrompe a, prácticamente, cualquiera que se acerque a él. |