La novela transcurre en un pueblo perdido en medio de la sierra y nos cuenta dos historias: la de Pedro, un viejo que lleva viviendo en el pueblo desde que nació, y la de Ariadna, una joven que se muda de la ciudad al pueblo porque necesita un cambio en su vida. Poco a poco la novela nos irá desvelando el pasado de Pedro, que perdió a sus padres de forma violenta durante la posguerra, a manos de los vencedores, que sobrevivió huérfano en un pueblo dominado por aquellos, y que encarna un personaje complejo, lleno de resentimiento (contra aquellos que asesinaron a sus padres y contra los que continuaron sus vidas como si nada, con los ojos cerrados), y a la vez de empatía y amor por los demás (con la pobre Adela y su hijo Andrés, a quienes todo el pueblo rechaza por puta y madre soltera). También nos ira dando pistas de los motivos reales de Ariadna para mudarse precisamente a Pueblo Chico y no a cualquier otro lugar. Como en sus novelas anteriores, Los ojos cerrados es una novela sobre la violencia. En este caso, una violencia ejercida durante y tras la guerra y como ésta permanece incluso después de tantos años debido, fundamentalmente, a la inexistencia de reparación por el daño causado. Parece que cerrar los ojos y no hablar de lo que pasó es una buena opción para no "reabrir heridas del pasado", pero esas heridas, si alguna vez llegaron a cerrar, lo han hecho en falso, dejando dentro la infección que no cura y que sigue supurando cuando ya casi no quedan personas que puedan contar lo ocurrido de primera mano. |