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Lis acaba de perder a su abuela. Acudirá a la granja donde esta vivía y en la que ella y su hermano pasaban los veranos de su infancia. Una vez allí, Lis descubrirá que en la casa hay una presencia sobrecogedora, y tan física que hasta huele mal.Este es el punto de partida de una historia que, a través de varias lineas temporales, nos irá descubriendo el origen de esa presencia. La narración es muy ágil, entretenida. En seguida engancha al lector. Es uno de esos libros que se beben. Sin embargo, no puedo decir que haya pasado miedo. Hay escenas tensas, momentos intrigantes e incluso estremecedores, pero miedo… Reconozco que soy un público difícil en este aspecto. Puede contribuir el hecho de que la presencia protagonista tiene un puntito carnal. Esto le da un toque diferente, pero a la vez lo convierte en algo más “mundano”. En general, un soplo de aire fresco en la literatura de terror de este tipo. Seguiré con interés a esta autora. |
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