El morador

Lis regresa a la granja de su abuela después del fallecimiento de ésta para ponerlo todo en orden... E intentar descubrir los secretos que escondía, aquellos que en los últimos años los mantuvieron a su hermano y a ella lejos de esa casa. Pero no está preparada para descubrir lo que allí se oculta, observando entre las sombras...

Con esta premisa nos adentramos en una historia de terror que te mantiene pegada a sus páginas.

No puedo decir que haya pasado auténtico miedo leyéndolo, pero sí es cierto que la historia me atrapó y me produjo sensaciones; y, sobre todo, que la forma de escribir de la autora me parece una auténtica delicia, da gusto leerlo.

Con la llegada de Lis a la granja vamos viendo el origen de la misma, recuerdos de su abuela y otras personas que pasaron por ella y, poco a poco, se va hilando la historia oculta tras sus paredes.

Saltos temporales, distintos puntos de vista que casi parecen relatos dentro de la trama e hilos que se van cruzando y cobrando un sentido a medida que lees, son algunos de los elementos que conforman esta maravilla.

La forma de narrar esta historia hace que no puedas dejar de leerla en ningún momento y no dejas de sufrir con Lis por lo que vive allí. Además el final te deja con una sensación de desasosiego y muchas preguntas cuyas respuestas la autora deja en el aire. ¿Hablamos de un final abierto? Si, pero tan bien llevado que hace que no dejes de pensar en la historia y te quedes con la sensación que mencionaba antes.

En general, una historia de terror en la que sobresale la maravillosa pluma de su autora; con una trama que atrapa y una forma de narrar que hace que leerla sea una gran experiencia, que te deja pensando en la historia tiempo después de terminarla.