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Hasta hace no demasiado, a la hora de escoger una nueva lectura tenía la costumbre de leer reseñas de personas de confianza y de examinar minuciosamente las sinopsis. Pero la edad me ha hecho desconfiado -o más sabio-. A día de hoy, prefiero mirar al libro a los ojos y dejar que sea él quien me hable, que me sorprenda. Eso es lo que hice con “El morador”. Los libros suelen mentir menos que las personas. . Desde que vi la cubierta y el título, se generó un vínculo entre libro y lector. La palabra “morador” me lleva directamente a mi infancia, a todas esas aventuras y viajes que compartí con el elfo oscuro Drizzt Do'Urden. No tiene sentido, lo sé, y más cuando estamos hablando de un libro de terror y de casas encantadas, pero mi cerebro establece relaciones extrañas que no espero que nadie comprenda, una simbiosis entre instinto e intuición que va más allá de toda lógica. Y así debe ser. . Dije en el párrafo anterior que este es un libro de terror y casas encantadas, pero no es cierto: es más que eso. “El morador” es nostalgia; es serenidad y desasosiego; es esa uña que rasga la superficie de una pizarra; el corte que te haces en la yema del dedo con el filo de un folio, imperceptible para los demás, pero tan profundo que sabes que tardará en cerrarse y que va a escocer, incluso a sangrar a ratos durante un tiempo; un puzle tan maravilloso que no te importa saber que no podrás terminarlo porque faltan piezas; es un niño asustado viendo cómo cada vez se reduce más el intervalo de tiempo que hay entre el fulgor del relámpago y el retumbar del trueno, sabiendo que es cuestión de tiempo ser calcinado. Deseando a gritos ser alcanzado. Escribir buenas historias está al alcance de todos. No lo está, sin embargo, el saber tejer un sortilegio que te produce un escalofrío al ver cómo las sombras y el dolor cobran forma, y hacer que más de una persona se reconcilie con una temática, la de las casas encantadas, de la que parecía que se había escrito todo. . Un último consejo: leed esta historia rodeados de dientes de león, tal vez eso os proteja. al menos hasta cerrar el libro. |
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