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Primera parte de la trilogía Kaissa. La inspectora Ibáñez, Keira, y el inspector Goikoetxea, Ulises, trabajan juntos y son los mejores en lo suyo, no paran hasta encontrar el culpable. Keira es una chica joven, con sueños e inspiraciones que nada tienen que ver con las chicas de su edad. Es muy buena en lo suyo, lo da todo y su madre es su mejor amiga. No le gusta la moda, no quiere que la valoren por su cuerpo. Carla, una joven que estudia en la Universidad de Lerna, ha desaparecido. El principal sospechoso es Astor de Lerna, él dice que es inocente, que conocía a la joven, discutió con ella la noche que desapareció, pero no tiene nada que nada que ver. Los inspectores van a tener que integrarse en la vida universitaria, en la vida de Astor y en el club KUN para descubrir quién es el culpable y dónde está Carla. Astor es el duque, siempre ha tenido una vida que todo el mundo envidiaba hasta que su mundo cambió. Es gruñón, taciturno y no siente nada, se ha interpuesto un autocastigo por lo que pasó. Keira y Astor van a ser un choque el uno para el otro, pero a la vez van a encontrar mucho más. La tensión sexual entre ellos está desde el primer momento, pero no deben, aunque saben que eso tendría fecha de caducidad. Es cierto que en los primeros capítulos me costó entrar en la historia y entender a Keira, pero después ha sido un libro adictivo, todo muy bien hilado. Uno va haciendo su lista de sospechosos y creo que muy pocos podrían ver ese final del caso, yo tengo que reconocer que algo vi, pero no hasta ese nivel. Secundarios importantes para la historia que están muy bien trabajados, el ajedrez nos acompañará en parte de la historia y nunca te puedes fiar de ninguno de los personajes que hay en esta historia porque no sabes cual va a ser el que de el jaque mate. Y el epílogo solo es un caramelo "envenenado" para querer leer YA el segundo porque señoras y señores se viene. |
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