He de admitir que tengo una pequeña (diminuta, insignificante, nada serio) OBSESIÓN, NECESIDAD por las portadas en las que aparecen animales, da igual que sean domésticos o salvajes, lo necesito en mi estantería. A lo largo del libro vamos conociendo las historias de Emma, Jon, Iker y Daniel, alternando capítulos entre sus diferentes puntos de vista. Una cosa que me ha llamado mucho la atención es que, pese a que cada capítulo muestra la historia desde el punto de vista de un personaje, los de Emma están narrados en primera persona, porque al fin y al cabo, es la protagonista de esta historia, mientras que los del resto de personajes los descubrimos en tercera persona. Es algo que no afecta en absoluto a la historia, su desarrollo o el inevitable cariño que se les coge a los personajes, pero no deja de ser curioso. Sin duda, las relaciones amorosas de esta historias estan muy curradas y vividas, me ha encantado descubrir como Iker se cuestiona su sexualidad y puede cambiar; como se moderniza la historia con el poliamor, conceptos muy de actualidad que poco a poco vamos viendo en los libros. A pesar de que me ha encantado, me he quedado con un sabor amargo en la reconciliacion de madre-hija, supongo que porque en mi caso, viendo eso que no han llegado a un entendimiento, pero bueno, el resto de la novela engancha. Y solo decir, ¡que ya estoy con la segunda parte! Una novela que atrapa, te hace descubrir nuevos entornos y disfrutar de cada una de las paginas y escarceos amorosos. |