Caos, virus, calma

El sentimiento de compasión (que en principio es bueno) puede ser una trampa y una substitución fácil de soluciones reales. Aplaudir a los sanitarios como héroes que se enfrentan cada día a las enfermedades es muy bonito, pero no basta para compensar su esfuerzo.

Las construcciones son lentas; las destrucciones, rapidísimas.

En las novelas, la trama obedece a la ley de causa-efecto, mientras que en la vida dominan el azar y los atisbos de voluntad.

Lo que nos parece feo y caótico en un siglo puede ser asimilado y estimado en otro.

[...], los ciudadanos no conocen nunca la historia entera. Solo se divulgan y se repiten titulares parciales que no informan del alcance total de los hechos.

Un presidente puede afirmar en campaña electoral que reducirá el presupuesto militar no porque sea pacifista sino porque considera que las guerras no son negocios rentables.

[...] el sin orden no existe, de la misma manera que no existe un vacío sin nada.

Las palabras de los ignorantes pesan más que las de los médicos.