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El cuarto libro de Paloma nos relata la vida de Víctor, un agente de policía un tanto mujeriego pero que defiende la desigualdad que sufren las mujeres, y las apoya, algo que me ha encantado en este personaje. Por otro lado Noemí, pulcra en palabras y recta (por obligación) como un palo de escoba, mantiene la compostura en la investigación que les han encomendado. Se embarcan en una historia muy sensual, que no sexual, en la que van superando obstáculos que no sólo se encuentran con la investigación y diferentes operativos que van poniendo en marcha, sino también con sus propios sentimientos, debido a una situación del pasado que ha marcado para siempre la vida de Noemí. Vocabulario sencillo, capítulos cortos, sin párrafos innecesarios... Paloma ha conseguido que me meta en la historia y la viva como una serie o película típica de cualquier noche en Telecinco. Intensa, pasional. Muy entretenida. Sin duda, me ha encantado y la recomendaría mil y una veces si me fuera posible. |
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