Quien no sea gellidista y le caiga esta novela en sus manos se declarará fan incondicional del calvo vallisoletano. Es un muy buen thriller, con un brillante uso del lenguaje, gran manejo de la tensión narrativa, personajes con peso y vuelta de tuerca final creíble. Y si sumamos a todo esto, retazos irónicos y guiños que provocan la sonrisa del gellidista, tenemos ante nosotros una de las mejores novelas policiacas de este año. Novelón policíaco made in Spain.
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