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Entretenido episodio que tiene como protagonista a la bellísima hija de Ansúrez, Lucila o también llamada Cigüela. La conexión de la materia novelesca del episodio con la histórica se aprecia especialmente en la figura del cura Merino, asesino frustrado de la reina Isabel II. Esto no puede considerarse spoiler, ya que, como dicen los castizos, está en la historia. El retrato de este siniestro personaje a través de los ojos de Lucila es inolvidable. El final no puede ser más efectista, deja la miel en los labios para abrir el siguiente libro: "La revolución de julio", en la que continúan las memorias de Fajardo-Beramendi, interrumpidas momentáneamente con el presente episodio.
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