Gladys es una de las guardianas de la llama de Ahisma, la diosa que lucha durante la oscura época de Umbría, y ve cómo su hogar queda destruido por el fanatismo de una religión contraria. Por su parte, Armeno y Meribaldo son dos hermanos que abandonan su hogar para buscar fortuna en los caminos. ¿Qué pasará cuando los destinos de estos personajes se crucen? Con esta premisa nos adentramos en una novela coral ambientada en un mundo de fantasía con toques de Grimdark, cuya trama se basa en la llama Olímpica. Debo decir que he disfrutado muchísimo de esta historia. Y lo primero que quiero destacar es lo bien escrita que está y la forma de narrar de su autor, que atrapa desde la primera página. Otro punto a tener en cuenta, es la construcción del mundo. El autor nos referencia varios países, cada uno con su propia cultura, política y religión. Y a través de los ojos de los distintos narradores, vamos viendo sus diferencias y choques culturales. En cuanto al sistema de magia, tenemos una pequeña muestra, pero se nos habla bastante de él y me ha parecido muy interesante, aunque me hubiera gustado ver un poco más del mismo en acción. Sobre los personajes, decir que me parecen muy bien construidos y me gusta cómo los vamos conociendo, tanto a ellos cómo sus motivaciones. Me han gustado todos los narradores y cómo el autor los va alternando. Aunque debo decir que siento debilidad por Armeno y Meribaldo, especialmente éste último, ya que es el más carismático. Se trata de un libro que, en casi 300 páginas, nos retrata un mundo complejo y una mitología muy interesante, cuyo punto central es la llama que Gladys debe proteger. Decir que tiene un final bastante cerrado (aunque da la impresión de que deja algunas cosas en el aire para una segunda parte) y que me ha parecido muy adecuado según el tono de la historia. La única pega que le pongo es que no quería terminarlo y voy a echar de menos a sus protagonistas. + Leer más |