InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Celia_0504


Celia_0504
06 July 2022
Realmente no sé cómo encarar esta reseña. Solo sé que no quiero alargarme demasiado, ya que creo que este es un libro de esos a los que ninguna crítica o resumen puede hacerles completa justicia, solo se comprende bien una vez que se lea leído. Lo que sí tengo muy claro es que Pilar Pedraza ha justificado totalmente todo el interés que tenía por leer alguna obra suya. Hasta ahora solo conocía de ella algún que otro cuento suelto que había leído en recopilaciones de historias cortas de Valdemar, el mismo sello editorial que también ha traído el libro que nos ocupa, y que, con cada publicación suya que leo, me enamora más y más. Dichos cuentos me habían dado a entender lo que he podido comprobar con mis propios ojos en esta ocasión: que Pedraza es una escritora muy interesante, con la cual iba a disfrutar mucho y que crea historias cuanto menos peculiares. Ha pasado con nota alta nuestro primer encuentro formal, y no creo que sea la última vez que nos veamos la cara.

Este primer encuentro que tenido con ella se ha fraccionado en un libro de 27 relatos inspirados en la mitología griega. de la mano de Julia, una profesora universitaria de historia del arte, conocemos un submundo de criaturas mitológicas que están más vivas que nunca en la actualidad, en un tiempo que fluctúa entre lo místico y el ahora. Los dioses, com sus historias y trifulcas, interrumpen en la vida cotidiana de la mujer, al son de sus reflexiones y vivencias. El hilo conductor de estas narraciones será Eros, que lejos del recordar al angelical cupido tantas veces nos es presentado en cuadros, adornos y demás obras, aquí es un pequeño ganberrete, soez, prepotente y maleducado. Con el descaro que solo los niños y los adolescentes pueden albergar, Eros tiene sus propias normas, pero es incapaz de respetar las de los demás, siempre dispuesto a meter a todo el mundo en líos y a ponerlo todo patas arriba, creador de caos como solo la pasión sabe hacerlo. Éste no es el dios del amor tal y como lo conocemos, sino que se trata de una entidad primigenia, a veces niño y a veces joven,que vela por el amor solo entre varones, de hecho no le gusta nada las uniones heterosexuales. Como se señala en el prólogo Eros, como buen dios que se precie, “concede y después acciona, facilita para castigar”. le acompañan una serie de los dioses no menos infantilizados de la mitología griega, Como Anteros, personificación del amor correspondido, o Hebe, diosa de la juventud.

Los presentes cuentos de Pedraza no son interpretaciones heterodoxas de los mitos griegos.Algunos de ellos son reinterpretaciones muy personales de los mismos, y los otros son historias que sirven como meras excusas para filosofar y criticar algún aspecto de la sociedad actual. Todos ellos son únicos y personales, y beben profundamente de aspectos tan oscuros como inmensamente arraigados ya no solo en la mitología clásica, sino también en la psicología humana. No son especialmente largos, por lo que la lectura es bastante ágil. Como pasa en toda antología que se precie algunos son mejores que otros. Ciertamente alguno de ellos me han parecido un tanto repetitivo, pero en general me ha quedado la impresión de que son historias bastante originales y que todas tienen algo que las hace únicas y especiales.

El subtítulo de “Relatos Impíos” le va como anillo al dedo a esta recopilación. En todos los cuentos se respira una atmósfera mística en la que se dan de la mano la melancolía, la maldad, la ironía y el descaro. En ellos nada se respeta, a todo se le saca su punta, todo es motivo de burla o de risa, no hay nada sagrado en . Ni siquiera los dioses son tratados como personificaciones de la inteligencia, la sacralidad, la elegancia o el saber estar. La mayor parte de las veces son absurdos, mundanos y terriblemente vulgares, no hay nada en ellos que lleve a la veneración o el respeto. Esta desacralización es parte del juego en el que Pedraza sumerge al lector.

Porque todo en este libro es un juego de espejos, de dos realidades que beben la una de la otra. El mundo de Julia (que no deja de ser la autora, con otro nombre) se conecta al de los dioses por medio de un espejo que tiene en su despacho. Como se nos dice en el prologo que acompaña a la obra, la propia Pedraza tiene un espejo colgado en su despacho que coincide con la descripción que aparece en el libro. Un espejo (real, imaginario) que conecta las fobias y secretos más truculentos del genero humano con la realidad. Y así está servido ese doble juego del que nadie escapa, y en el que autora es creadora y participante, ya sea como narradora o haciendo referencias a sus trabajos, su vida y a su propio papel como autora del libro. La ficción se convierte en realidad, y la realidad en campo de juegos y experimentación para la ficción y lo onírico.

Hay algo de voyeur en este libro, en la forma en que nos asomamos a los entresijos del Olimpo, a sus vergüenzas y desvergüenzas. Y también hay algo de placer sadomasoquista en ver como los dioses niños despedazan y juegan con los humanos, sin que haya en ellos nada de inocente. Todo el libro está envuelto en una atmósfera de tenebrismo, desdén y melancolía tan dulce como peligrosa. La manzana prohibida siempre ha tenido algo de exótico, al igual que lo tiene esta obra. Y también tiene algo de morboso y divertido, aunque solo sea por ver como los niños dioses se burlan y juegan con el sinsentido que siempre, en todas las etapas de la historia, ha sido la vida de los pobres humanos.

En conclusión, decir que salgo muy satisfecha de este primer encuentro con Pilar Pedraza, una de las grandes voces de la fantasía patria . Y desde luego no va a ser el último tomo escrito por ella que coja para leer.












Comentar  Me gusta         126



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(11)ver más