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Emilia Pardo Bazán escribe Memorias de un solterón en 1896 y, con la excusa de presentarnos a don Mauro y su modo de vivir la vida (soltero por convencimiento, libre de responsabilidades y feliz como una perdiz), nos ofrece un ácido retrato de la situación de la mujer de finales del SXIX a traves de las tres féminas de la familia Neira: Rosa adora los trapos, Argos se deja llevar por las pasiones y Feíta (de nombre Fe, que no fea) solo quiere aprender y ser independiente. Con Doña Emilia cualquier explicación sobra así que pónganse el abrigo, vistan sus guantes más abrigados, tomen a su pareja del brazo y den un paseo por Marineda contemplando las historias de los marinedinos. |