En fiebre de fantasías juveniles no resulta extraño su éxito a causa de la ingente promoción y la familiaridad de sus conceptos literarios. La narración abunda en estereotipos, en la creación de conflictos sin originalidad (cuando no forzados), y en excesos descriptivos de ambientes y verborreicos entre personajes, que lo único que hacen es expandir con redundancias y naderías una historia que podría ser contada en cien páginas si se centrara en lo que importa: los motivos de sus personajes, sus conflictos y las resoluciones de sus acciones. |