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Siento que debo de releer la nación de las bestias para recordar todos los personajes, pero antes de eso quiero decir que está historia estuvo uff cardíaca y claro, Mariana volvió a jugar con mis sentimientos y con más fuerza. Este libro es corto en comparación de sus otros dos libros, pero está lleno de situaciones emotivas y de sufrimiento. En general se me hizo fácil la lectura, por lo que se puede decir que lo termine relativamente rápido. La primera mitad del libro vemos a un Hoffman como ya lo conocemos, una persona que se podría decir es un tanto despreciable, un personaje irreverente que no le importa lo que piensan de el, por qué sabe que es un elemento importante en la policía. En esta primera parte conocemos un personaje del que te encariñas o que de cierta manera empatizas, a la par vamos junto a Hoffman descubriendo algunos rituales ligados a uno de sus casos, pero que por el momento él no sabe cómo es que encaja en todo lo que ha pasado, al final está se podría decir es un misterio policiaco. Para la segundo parte hay consecuencias con las que lidia Hoffman, pero también lo vemos en una nueva etapa que te hace sacar sonrisas, una etapa que de cierta manera te llena de alegría, pero que lamentablemente se va volviendo turbio conforme van pasando las páginas. Al final es una historia donde vemos etapas diferentes de Hoffman, un personaje que a pesar de su forma de ser tan cascarrabias empatizas mucho más por él y por su sufrimiento. Claro, al final también terminas sufriendo junto con él, ya que sientes toda esa ira, todo ese miedo y desesperación que a través de las letras te transmite. No voy a decir que lloré, estuve a punto de hacerlo, pero eso no quiere decir que no haya sido un libro cruel, así que lo que puedo decir es que sufrirás, y si no lo haces entonces tienes un problema. Mariana Palova, te odio(no cierto) por lo que hiciste, pero me alegra que te atrevas a contar historias diferentes que tocan fibrasn sensibles. |
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