Luces al anochecer. Historias ocultas de la gran ciudad: 1

La Gran Ciudad
Acercarse a esta obra es acercarse a la historia de una ciudad que nace de la nada y llega al todo. Sin embargo, debemos reconocer que tras un gran relato de fundación de una gran ciudad, siempre hay oscuros que quedan tapados por la grandeza.
Sobre esos claros y oscuros nos informarán los nueve relatos que podemos encontrar en este conjunto de relatos que nos invita a la reflexión, a través del supuesto, de nuestra propia realidad. Cada uno de ellos nos irá centrando en diferentes aspectos de la ciudad y de sus ciudadanos.
Los sueños de grandeza, la desesperación, pero también algún rayo de esperanza, pueblan una obra que destaca por su prosa lírica, sin entrañar esta una complicación en el concepto. Nos invita a mirar con un nuevo cristal aquello que conocemos, en una hiperbólica fundación de una ciudad y en la realidad de su gobernante.
La pausa como tormenta
Lo cierto es que una de las cosas que más me ha llamado la atención de los relatos es el tiempo que como lector te tomas para leerlo y cómo el autor lo impone en su estilo. No entendáis esto como algo negativo, porque nada más lejos de la realidad, creo que es un fenómeno muy interesante y que el autor lo logra muy bien.
La lectura de los relatos nos bajan las pulsaciones y con un estilo descriptivo, pero incisivo y crítico, el autor consigue que recibamos toda la información y que, a la vez, reflexionemos sobre ella. Un claro ejemplo es el primer relato, consistente en la descripción de la Gran Ciudad desde su fundación hasta una actualidad incierta. Esta entendida como un personaje más sufre y padece lo que hacen en ella y como tal se transforma.
En él, no solo tenemos las nociones de historia de esta ciudad inventada, sino que, además, vamos cuestionándonos la idea de nación, de historia, de tradición, etc. Unas ideas que se plantean de manera muy interesante y que al lector no dejarán indiferentes.
De ciudades… y hombres
Sin embargo, como una nación no solo la forma el suelo, el autor ha incluido también relatos sobre sus habitantes. En este caso veremos una evolución en la desgracia generacional. En realidad enunciarlo así es muy directo o fuerte.
Lo que veremos será junto a ellos la degradación de un sueño en aras de aquellos que se aprovecharon de él. Sin embargo, aún queda esperanza, como nos señala el relato Dos extraños en el metro. En él podemos ver el atractivo de rebeldía y cómo esta nos lleva a soñar. Sin embargo, el autor ofrece una perspectiva asimismo realista, donde los dreamers tienen claro que tienen que cubrirse las espaldas con sus sueños.
De igual modo, se nos hace reflexionar sobre la llegada de la muerte. Un tema complejo y doloroso por el cual no podemos no pasar. Enrique Palomo lo hace de una forma muy bella y, hasta cierto punto, dándonos cierto consuelo sobre la cuestión.
Tras la ciudad
Sin embargo, como ya nos imaginábamos, tras esta ciudad hay más desgracias de las que en un principio podíamos contemplar. En Canción de primavera podremos darnos cuenta cómo estamos tan absortos y absorbidos por lo que nos rodea, por nuestra rutina que no somos capaces de si quiera contemplar lo bello que nos rodea.
Sin embargo, esto no es del todo culpa nuestra, los relatos cambian de foco a las afueras de la ciudad y pronto veremos qué sucede más allá de lo que La Gran Ciudad quiere contarnos. Este relato será doloroso y desgarrador, pero que pasa también en nuestra realidad. A su vez, el autor nos ofrece cómo se presenta esta realidad en la urbe, cómo se oculta y se critica, pero en ambos casos queda como una muesca más, una banalización de la que somos partícipes.
Finalmente, volvemos a la ciudad para verla como un gran teatro donde cada actor cumple su papel y donde parece difícil que la obra se desmorone… o no.
Ahora, aquí
Luces al anochecer ha sido una obra que me ha sorprendido gratamente. Hace años que no leo prosa poética y esta obra sin llegar a serlo al cien por cien, sí tiene fragmentos donde el lirismo, el detallismo y la palabra exacta son la norma. Sin embargo, como decía, me ha tenido engancha a sus páginas, enganchada al planteamiento reflexivo y a esa mirada medio ingenua, medio díscola que nos ofrece el autor.
Creo que darnos un poco de pausa para pensar o reflexionar sobre el mundo en el que vivimos, sobre aquellas cosas que importan merece la pena. Por ello, os animo a leerlo, el descubrimiento de un autor siempre es una buena noticia.

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