Yo era incapaz de reprocharle nada. Sabía muy bien como duele un amor imposible. En el fondo de mí, le compadecía. Lo peor que puedes hacer es perseguir lo inalcanzable. Esa obsesión vedada solo puede dejar un gran peso en tu alma y la frustración de un tiempo inútilmente perdido, que podría haber sido maravilloso.
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