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Muchos pensamientos se acumulan en mi cabeza tras haber leído esta especie de memorias en las que Thomas Page MacBee nos narra su proceso de transición tras haberse sometido a su intervención de cambio de género. Lo hace en primera persona desarmando cada uno de sus miedos, mostrando todas las consecuencias que supone el tener que asimilar una decisión como esa y cuestionándose como sus cambios van más allá de lo que uno puede apreciar en el espejo. Y es que, para poder narrar todo ese proceso, decide explorar los límites de la masculinidad explorando un mundo que, a priori, representase todo lo que uno asocia con esa compleja palabra, subiendo a un cuadrilátero en donde tendrá que enfrentarse no solo a su contrincante sino a la sociedad que le rodea, sus amigos y compañeros, su familia y, sobre todo, a sí mismo. De ese modo, podemos sentir todas las reflexiones que van surgiendo por la cabeza de Thomas al mismo tiempo que él las va narrando, siendo partícipe de sus cambios , de su avances, sus miedos y, por encima de todo, de las dudas que le supone el cuestionarse quién es realmente y como tiene que comportarse en un mundo que es nuevo para él. Todo eso invitándote a ti como lector a que seas tú el que le acompañe en todas esas dudas y que pongas sobre la mesa los miles de prejuicios que tienes interiorizado y a los que apena habías prestado atención. De hecho, la propia lectura de estas memorias no deja de ser una invitación adentrarte en unas letras que ya habías prejuzgado de antes. Cuestiones de identidad de género, de qué significa ser un auténtico hombre, de cómo reaccionan los propios hombres ante un adversario que sube al cuadrilátero siendo diferente, de como nuestro pasado puede influir en nuestra actitud, de como te comportas en función del lugar en el que te encuentras…van deslizándose a lo largo de las páginas fragmentando todas las expectativas que hubieses creado antes de la lectura de este libro. Puesto que es el propio autor el que se muestra crítico con sus propios actos, evitando todo tipo de estereotipos y centrando la atención en su propia experiencia sin tratar de dogmatizar al respecto, lo que universaliza su discurso, irónicamente, en cada uno de nosotros. Así, en más de una ocasión tienes conciencia de como aquellos gestos que das por cotidianos merecen una ligera e individual revisión teniendo que enfrentarte tú mismo a un combate que va mucho más allá de romperte la cara. Todo eso dentro de un mundo en el que el sudor y la testosterona acompañan cada uno de los movimientos del escritor. Un mundo que se siente fascinante, lleno de un profundo respeto por las personas y que, en definitiva, regresa a la tesis principal que nos ofrece Thomas Page en este libro. ¿Qué es lo que nos convierte en hombres y qué es lo que podemos entender como un hombre de verdad? Un libro fascinante que te llena de todo tipo de cuestiones y de los que se leerá en más de una ocasión. |
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