Ambientada en 1997, en La Habana, Mario Conde, teniente investigador retirado de la policía se gana la vida vendiendo libros de segunda mano. Confeso lector y escritor relativamente frustrado. Un día, en un bar, recibe la visita de un policía amigo que le comunica que han descubierto los restos de un cadáver y una chapa del FBI, en Finca Vigía, casa-museo, propiedad de Ernest Hemingway. El teniente retirado intentará resolver el enigma. En este relato Padura nos muestra a Hemingway tal cual fue: arrogante, envidioso y bebedor. Además de la trama, me han gustado los episodios de la vida cotidiana y doméstica de Mario Conde, con su perro Basura, leyendo una biografía de Hemingway, añorando a Tamara y sus compinches de siempre: el Flaco Carlos en su silla de ruedas y el Conejo y su sentido dialéctico e histórico del mundo. Los diálogos muy bien hilvanados y los giros narrativos nos llevan a leer el libro rápido. Para pasar un buen rato. A mi Padura me gusta mucho. |