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Un lugar llamado Mangard, un muchacho con una adolescencia complicada y ya tenemos el inicio de esta novela juvenil que tiene toques de muchas obras, pero en buena combinación. El inicio no se hace esperar y pronto conoceremos a los protagonistas: Leinar un muchacho de 16 años y Néfele, un ser llamado nubare, que habita en las nubes. Los peligros de unos y otros quedan bien determinados desde el principio también, Leinar tiene una familia muy exigente que solo piensa en las apariencias, así que su carrera de traceur se haya acabado ha sido un gran palo. Por su parte, Néfele es la heredera al trono de los nubare, pero su rebeldía y ganas de conocer mundo no parecen indicar que sea la adecuada. El encuentro entre ambos y el descubrimiento de que el mundo de los humanos amenaza al de los nubare nos encamina en la historia: la relación de Leinar y Néfele, y la convivencia entre ambos mundos. Yo te quiero enseñar… Como nos sucede en todas las novelas donde nos encontramos un mundo diferente, en esta encontraremos ese momento de descubrir el mundo de los nubare (un poco a lo Aladdin y Jasmine, sí, fénix). Este mundo se nos presentara como una mezcla entre algunos elementos grecolatinos y otros propios, como pueden ser las diferentes profesiones nubare o la creación del mundo en sí a través de la manipulación del agua. En este sentido, será el personaje de Néfele quien nos guie y nos descubra las particularidades del mundo, enfrentándose esto a la postura de Leinar, que no tiene ningún deseo de enseñarle el mundo a su nueva «amiga». La motivación pronto la sabremos, pero lo dejo aquí en el aire para que lo descubráis. Puntos en común No obstante, más allá de que la novela pueda tener tópicos del género para esta edad, es cierto que desarrolla una serie de temas muy interesantes para los más jóvenes. La amenaza del mundo humano a los nubare, supone un desarrollo sobre el cambio climático y cómo nuestro sistema de producción afecta al mundo. Por otra parte, los personajes de Leinar y Néfele nos hablan de las expectativas que los demás tienen en nosotros, con el agravante en el caso del muchacho de que él ya las cumplió, pero las tiró por la borda por un accidente. En este sentido, también encontramos la idea de superarse a sí mismo, no rendirse ante las adversidades e intentar ir siempre hacia delante. Todas estas cuestiones, creo que están muy bien desarrolladas para esos lectores que van a entrar en la adolescencia y van a tener que enfrentarse a la hostilidad del mundo, como les pasa a los protagonistas. También, como cabría esperar encontraremos romances con clichés, malos muy malos e «inesperados» y buenos que brotan de repente. De salto en salto La verdad es que dentro de que como adulta me ha resultado una historia fácil, debo reconocer que me ha enganchado y que la lectura se me ha hecho muy ágil. Es verdad que tiene repeticiones que a lo mejor son un poco pesadas (como el tema de los traceurs) o que quizá son muy muy típicas (como el enemies to lovers quizá un poco rápido), pero que podemos comprar para el público al que va dirigido. Es verdad que quizá como consejo, no solo a Rubén, sino a todos los escritores de juvenil, es que pensemos que los adolescentes no son niños y que la propuesta de una historia más comprometida (es decir, un pelín más adulta o compleja) puede llamarles más. En cualquier caso, lo dicho para mí ha sido una lectura amena, rápida y entretenida. En cierta medida lo entrañable de la historia te invita a continuar. Espero que os animéis a echarle un ojo. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... |
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