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Sumergirse en los relatos de esta autora es aceptar entrar en un mundo donde lo absurdo y lo extraño fluyen a sus anchas. Un mundo sin sentido en el que no sabes lo que está pasando y del que tampoco puedes esperar una explicación al final del camino. Y quizás ahí radique la gracia (o no). Los finales abiertos no son para todo el mundo, pero si sois de ese grupo a quienes les gustan, es probable que disfrutéis del viaje y de elucubrar mil y una teorías al respecto que, cual gato de Schrödinger, pueden ser correctas o incorrectas al mismo tiempo. Este libro reúne tres relatos, siendo el primero y que da nombre el más largo y redondo. Como ocurre con el resto de la obra de la autora, la naturaleza (y, en especial, los animales) son elementos importantes dentro de las historias. Dispersos por la narración de forma más activa o más sutil, me recuerda al uso que se hace de ellos en los cuentos o las fábulas; con la diferencia de que aquí una no puede estar segura de haber entendido la moraleja, o de si hay una siquiera. En «La fábrica» tenemos tres narradores que nos cuentan su paso por esa misteriosa fábrica que parece una ciudad en sí misma y que nadie parece saber qué es lo que fabrica. «La aflicción de los peces disco» es quizá el relato que más flojo me ha parecido. Si bien se pueden intuir ciertas críticas a las relaciones desiguales, no me ha atrapado e inquietado como otros. Por último, «El insecto paria» retrata la vida de oficina en una empresa, también a través de varios puntos de vista. Personalmente, lo que más me gusta del estilo de la autora es esa sensación de inquietud y extrañeza que producen sus historias. A pesar de tener lugar en ambientes cotidianos, esa sensación de que algo no encaja empieza de forma sutil y va cada vez a más. Los insólitos acontecimientos que se van sucediendo sorprenden tanto a los personajes como a quien lee, lo que nos hace empatizar con ellos y meternos de lleno en la historia. Son muchos los temas que se pueden entrever tras ese halo de surrealismo: precariedad laboral, capitalismo, relaciones superficiales o interesadas en el trabajo… Los propios personajes reflexionan sobre su situación y su relación con el trabajo y, a su vez, con la sociedad. Pero mejor no contar más y dejar que cada uno descubra todo este extraño mundo leyendo a Hiroko Oyamada. |
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