Es difícil decir de qué tratan estas historias. Todas comparten un lenguaje con elementos oníricos y sorprendentes que hacen que el lector se pregunte qué es real y qué no lo es. La narrativa es sugerente, imaginativa, con pasajes perturbadores, atmósferas opresivas y enigmas no resueltos. Reconozco que cuando acabé el libro me sentí bastante desconcertada. Pensé: "vaya, no me entero de nada". Esto del lenguaje metafórico es lo que tiene: a veces no sintonizamos con el relato. Pero después de unos días, pienso que a veces no es necesario llegar a la certeza, se puede morar en la incertidumbre. En general, puedo decir que el libro me ha dejado un buen sabor de boca, aunque no puedo ensalzarlo tanto como lo han hecho otros lectores. |