Asomados al vacío

Asomados al vacío es un libro que me ha encantado de principio a fin. Siendo sincera me ha parecido un libro muy refrescante y entretenido, de los que te sueles sentar una tarde a leer y no puedes dejar hasta que los terminas.

La historia se me ha hecho muy amena, interesante y divertida.

Osuna empieza presentándonos a todos los miembros de la clase de 8º B, del colegio público Antonio Mercero, con los que vamos a vivir la aventura. Poco a poco y de una forma muy natural, como si se tratase de compañeros de clase que conocemos de toda la vida. Cada uno con sus motes, sus características y sus personalidades para que puedas hacerte una imagen de ellos en la cabeza. Tenemos, entre ellos, a la Bombi, al Pitufo o al Tocinator.

Tengo que admitir que con este tipo de conductas,poner motes y demás, te das cuenta de lo crueles que pueden llegar a ser algunos niños. Cuando ven que alguno de sus compañeros es algo diferente a lo que ellos consideran normal, ya sea por problemas de peso, de altura o incluso por haberse desarrollado algo antes que los demás, ahí que van a dejar huella y su marca.

Además, en el libro podemos ver como se trata el tema del acoso o bullying por parte de Mario a todos sus compañeros, especialmente a Ángel.

Ángel, nuestro protagonista, es maltratado debido a que es el único que demuestra no querer reír las gracias a Mario. Se ve como Mario pega palizas y humilla a Ángel delante de sus compañeros y nadie hace nada por impedirlo. Ni los compañeros ni los profesores, aún sabiendo de más cuál es la situación.

Todo para no meterse en problemas. Creo que esta actitud es la que lleva a que en los colegios cada vez descubramos más casos de acoso. Aún así, pienso que también este comportamiento se basa en la época en la que se narra la historia, los años 80, donde los casos de acoso escolar no se tomaban como algo muy importante en las aulas.

Una vez conocemos a los personajes empezamos la historia. Todos van en un autobús de excursión con el colegio, hacia el anfiteatro. Contentos y felices porque como todos sabemos cuando en el colegio te llevan de excursión, no hay clases. Es una salida con tus amigos para pasarlo bien fuera de la rutina escolar.

De repente, hay un problema con Ángel, nuestro protagonista de la historia, empieza a vomitar y el autobús se ve obligado a dar un rodeo hacía un sanatorio cercano para ver si le ocurre algo grave. Allí le diagnostican Meningitis y debido a ello, la excursión tiene que suspenderse. Nuestra clase se verá obligada a pasar unos días en el misterioso sanatorio, en mitad de la nada, para comprobar si ha habido algún contagio. Todos están felices de estar una semana de cuarentena, sin clases ni deberes. Pero lo que parecerá un golpe de suerte, se terminará convirtiendo en una pesadilla para los alumnos.

Los personajes me han parecido muy bien desarrollados, totalmente reales. Los he visto crecer y evolucionar desde las primeras páginas hasta el final. Además las situaciones límites a las que se ven sometidos en el libro, nos muestran como son realmente como personas, fuera de sus estereotipos en la clase.

No me ha decepcionado nada la evolución de los personajes, porque desde las primeras páginas quien me ha caído mal, ha seguido tomando malas decisiones y hundiéndose más. Y, quien me ha caído bien ha ido gustando más y siendo mejor conforme avanzaba la historia.

Mario es el personaje que peor me ha caído, por su actitud egoísta y por las decisiones que toma en el libro, todas por interés.

Y Ángel es el que más me ha gustado, por su evolución, desde el principio del libro hasta al final. Siento que no he llegado a conocerlo bien, me hubiese gustado saber algo más de él.

Me ha encantado el giro que el autor da a la historia a mitad del libro. La verdad que no me lo imaginaba. Pensaba que iba a estar basado en el acoso y como enseñar a lo demás una lección en relación a ello. Pero, ha sido todo lo contrario y me alegro. Me gustan los libros de suspense y terror donde hay sangre.

Como curiosidad, decir que me ha parecido muy original que la historia tenga lugar en los años 80. Pero a pesar de haber nacido en los 90, he sabido reconocer algunos elementos que aparecen en el libro. Un ejemplo de ello es la famosa revista juvenil Super Pop. Muchas veces la hemos leído y pintarrajeado de arriba abajo, en nuestra infancia, para saber si nuestra personalidad es a, b o c, jajaja.

He sabido también reconocer algunas series infantiles que veía en la tele cuando era pequeña como Wiily Fog, o incluso algún grupo de música, que a pesar de no haber oído mucho, conozco por mis padres como Parchís.

También me ha gustado mucho el humor que demuestra el autor a lo largo de la historia, con la poesía que recita Ángel en clase e incluso cuando uno de los personajes cuenta en el autobús que está leyendo el libro “Asomados al vacío” de Manuel Osuna. Me hizo mucha gracia. Nuestro escritor ha hecho un guiño, como Hitchcock en sus peliculas.

Me encantaría leer algo más de Manuel Osuna porque “Asomados al vacío” se me ha hecho corta, termina demasiado pronto. Es muy buena.
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