Isabel: La apasionante lucha de una mujer por llegar a ser reina

Televisivamente hablando, hubo vida al margen de Juego de tronos.
Además, como soy un auténtico desastre para las fechas, no recuerdo si esta magnífica producción de televisión española fue antes o después.

No. Rafaguillo (como algunas me han empezado a llamar)no se ha levantado desorientado por no madrugar y cree estar en un foro de la pequeña pantalla.
De hecho, y para variar vengo a hablar de historia, y de una época y personajes que me apasionan.
Los Trastámara.

Pero es irremediable comparar ya que la presente obra es el guión novelado de la primera temporada de Isabel la marrana, además de católica, ambas cualidades por cierto, las ejercía con gran fervor.

Marrana porque, seguramente su gran devoción no le dejara tiempo o ganas para cuitas más mundanas como, el agua bendita o el jabón purificador.
Su palidez (rasgo fundamental de belleza en la edad media) era talco. Bajo él, costra.

Este apelativo o mote menos conocido fue dado también por la pequeñez de haberle usurpado el reino a Juana de Castilla, Hija de Enrique IV el impotente y Juana (otra) de Avís o Portugal (que en la serie está de muy buen ver)

A esta primera Juana de Castilla se le conocerá como "la beltraneja" pues según convenga, la nobleza le atribuye la paternidad a Beltrán de la Cueva, valido y favorito del rey.
Su tía Isabel será la más firme defensora de esta idea.
¡Ay la familia, divino tesoro!

Los caprichos de la historia y de la alargada sombra de la mano que la escribe le quitó a la infanta hasta el palito, convirtiendo así a quien llamaron "loca" en I de Castilla.

De todos estos asuntos, de la guerra civil, y el ascenso al trono de la Católica y su Fernando trata la novela, primera de la trilogía y única de este autor.

La exactitud en los acontecimientos históricos es casi milimétrica pero Olivares peca siempre en dos asuntos importantes unidos por el azúcar:

La dulcificación del personaje central y el empalagoso y poco creíble romance de sus católicas majestades.

Uno de los asuntos donde veo osado y muy acertado al autor es en la inseminación de Juana de Avís, técnica poco usada y nada contrastada por la medicina de la época como alternativa al embarazo de la reina.

Por la obra desfilarán todos los rancios nobles y reyes que harán las delicias del amante lector de intrigas palaciegas.
Carrillo, Pacheco, Pedro Girón, los Mendoza, un jovencísimo Gonzalo Fernández de Córdoba e incluso, un cardenal valenciano que se hizo muy famoso, Rodrigo Lanzol y de Borja.

Al tratarse de un guión novelado lógicamente en el texto predomina el diálogo y las descripciones son más bien escasas.
Esto hace que la narración sea fluida, su tensión alta y su profundidad prácticamente nula.

Disfruté muchísimo primero de la serie y después de las novelas.
Son ideales para aquellos que quieran un libro que enganche sin la necesidad de adentrarse en el universo de los datos.

Absolutamente adictiva.

Como son distintos autores dejo aquí el orden:

Isabel. Javier Olivares.
Isabel: La conquista del poder. Martín Maurel.
Isabel: El fin de un sueño. Martín Maurel.