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Todo comienza en el bosque un día que un alce muy negro (hasta los dientes) aparece en medio de la carretera. Una liebre curiosa se ofreció a ayudarle a buscar su casa. Y fueron por el bosque buscando a otros animales. Era curioso, pero aquel alce se sentía extraño en aquel lugar. El lobo comilón tampoco supo quién era ese alce tan negro ni qué hacía allí. Ni la grulla viajera, ni el lince supersticioso, ni el oso goloso... Todos los animales tenía sus propias hipótesis acerca de lo sucedido, pero no encajaban. El alce no recordaba tener familia, ni un cálido hogar, ni ser peligroso. Con su identidad totalmente perdida, sabía que nunca encontraría un sitio al que regresar. Hasta que vio algo. Y el lector lo ve. Algo que sólo podéis descubrir si leéis el libro. Como bien dice el libro en su última página: "atención: imaginación en libertad". Con un final muy diferente a lo que estamos acostumbrados, deja al lector la interpretación de toda la historia y lo invade de la necesidad de releer y volver a observar cada detalle. Y es este recurso literario el que hace que el álbum sea original e innovador. Me encantan la sencillez y el color de las ilustraciones de Cecilia en contraste con el negro del alce. Y la portada me parece espectacular. Y tú, ¿te has quedado con la misma curiosidad con la que yo me quedé desde que leí la primera reseña de este original y misterioso álbum? |
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