Ōe Kenzaburō nunca defrauda. En esta ocasión nos encontramos con un personaje al que la vida lo pone en una situación en la que jamás pensó que se encontraría. Su forma de reaccionar, su comportamiento, sus decisiones, nos llevan a detestarlo durante prácticamente toda la novela. Sin embargo, cuando la terminas, la dejas reposar y piensas sobre ello, es cuando dudas de acerca de como actuarías tú si te vieses en la misma situación, y ahí la perspectiva cambia un poco. Un libro para leer, dejar reposar y sacar cada uno sus propias conclusiones.
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