Las sillitas rojas

Dividido en tres partes, la primera narra la llegada de un desconocido, un ‘profeta y curandero' a un lejano y perdido pueblo de Irlanda. Las relaciones que establece ese personaje singular con los habitantes y cómo una mujer casada mantiene un romance con él, que acabara de manera abrupta. Nada más puedo (o quiero) contar.

En la segunda parte, esa mujer vive casi en la indigencia en Londres y su refugio, su camino a la redención, llega de la mano de otras almas que han sufrido y sufren más que ella. Porque “muchas cosas han cambiado para mejor, pero más bien en las ciudades; en el campo aún quedan muchos prejuicios y la gente vive con sed de escándalo, como si fuese néctar” (p. 252). de ahí surgirá una mediación catártica que termina en la tercera parte, cuando la protagonista se enfrenta a sus demonios y consigue, por fin, descansar.

En definitiva, nos encontramos ante un libro maravillosamente escrito, con personajes sólidos donde se narra el horror fuera de campo, pero sin enmascararlo. O'Brien nos enfrenta a la barbarie y consigue en sus páginas removernos incómodos, plantear dudas y dar testimonio, finalmente, de la esperanza.