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Pues ahí que me tiré yo en plancha a por “Las cosas que llevaban los hombres que lucharon” y no es que no hubiera agua, algo ahí, pero no tanto como lo que esperaba. Tim O'Brian ha estructurado esta novela en capítulos con retales noveladas de su experiencia en Vietnam, mitad verdad mitad pura fantasía o trabajo de collage entre varias anécdotas vividas o oídas. Algunas son historias de guerra, otras de postguerra y sus secuelas psicológicas y sociales. Alguna en concreto previa a la guerra. La narración a pesar del duro contexto en el que se ambienta es casi amable, edulcorada, donde prima la ganadería, la amistad y las disculpas. Como lectura se me ha quedado a medio gas, para mi gusto le falta empaque y potencia. Para ser absolutamente justa debo destacar el primer capítulo, el que da nombre a todo el libro, que es de gran belleza, poético, con un tempo preciso y precioso y de una calidad literaria extraordinaria. También “En el campo” me pareció especialmente destacable. |
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