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Con un poco de investigación, otro tanto de sobrenatural y, sobre todo, con mucha desenvoltura se nos presenta este thriller paranormal. En él acompañaremos a Nayra una escritora en busca de una inspiración que está ahogando en alcohol, sin embargo, una llamada inesperada y las pocas ganas de hablar de los habitantes del pueblo y los alrededores la llevan a no cejar en su intento. De este modo llegamos a Mirambel y comienza la historia de verdad, la que busca Nayra, una historia de secretos, traiciones y superstición. Descubrir el mito Adentrados ya en la comprensión de quién y cómo es Nayra, lo siguiente que nos aborda es esa misterio que rodea a los pueblos. La idea de amabilidad con el foráneo aparece en la novela junto a esa sensación, que siente tanto nuestra protagonista como el lector, de ser intrusos y eso nos lleva a una lectura en alerta que la autora sabe aprovechar muy bien. Para poder dar esta sensación e intensificarla, la autora nos ha planteado también una protagonista con problemas de alcoholismo, lo que hace que, a medida que avanzamos en la trama, podamos tener dudas de la realidad de lo acontecido. No obstante, pronto nos damos cuenta de que sí que hay algo más detrás de todas esas suposiciones y acciones extrañas por parte del elenco que habita los lugares y nos lanzamos en una lectura bastante rápida y ágil para llegar pronto a nuestro destino: Mirambel. Una vez que llegamos aquí podemos decir que la lectura se lanza y conocemos de todas todas lo que Nayra ha ido a investigar: ¿qué sucedió en el convento? ¿Quién es sor Ángela? Muy humanos Otra cosa que destaca, más allá de ese misterio y su presentación, son los personajes, sobre todo diría que los secundarios. Todo ellos se nos platean desde el punto de vista de la protagonista y, sin embargo, la trascienden porque la autora los ha dotado de una personalidad y humanidad que identificamos casi como propia. Así, por ejemplo, tenemos el caso de Mayeda, la presidente del club de fans de Nayra y su principal apoyo, sin saberlo, en estos momentos tan terroríficos. Una chica normal, con una pasión, con una vida de lo más anodina que sin embargo es fundamental para el progreso de la protagonista. También Teresa, la guía del convento, la más misteriosa y a la vez la más típica beata, clave sin duda en todo este embrollo. Secundarios que nos pueden caer mejor o peor (en algunos casos te pueden hasta dar asco), pero que al final nos muestran su peso y su carácter. Por su parte, Nayra es la que mejor retrata, quizá, todo lo humano, en su parte negativa. No por ser alcohólica, sino porque en ese proceso es egoísta, incrédula, imprudente con su integridad física y desafiante con la psicológica. La verdad es que para mí es una protagonista que no te puede caer bien por mucho que la puedas llegar a entender. Y, de hecho, el único pero que he podido sacar de mi lectura es que me ha hartado un poco la autocompasión de Nayra y el constante recuerdo al lector de que es una persona alcohólica. Dentro de todo lo malo, sin embargo, sí que se convierte en la actante perfecta para todo lo que está por ocurrir, ya que es probable que otro carácter no hubiera aguantado todos los avatares de este camino. No ha sido miedo, sí otra cosa La verdad es que esta lectura la he hecho muy rápido porque me ha dado algo que siempre busco. A mí el género de terror me gusta mucho, pero me es muy difícil encontrar alguna novela que me convenza porque siempre se me quedan a medio gas o no consiguen provocarme ese punto de agobio. En este caso, sin producirme terror, la novela me ha mantenido angustiada e intrigada porque ha sabido llevar muy bien la autora la balanza entre lo real y lo irreal y, lo que me parece más importante, el equilibrio entre el terror por lo que te pueden hacer los humanos (la agresión de un igual es casi más terrorífica) y las consecuencias sobrenaturales (de las que nunca estarás seguro). En este sentido, el estilo de la autora acompaña esta estructura con una narración muy ágil y directa. Los secretos no residen en lo que no se dice, como puede ser esperable, sino precisamente en lo que se dice y la manera en la que se hace, los gestos, el lenguaje no verbal serán una parte tan importante o más que los diálogos. Además, las descripciones de los lugares y el ambiente darán el toque final a un estilo con personalidad y con un toque muy certero. Agendada No había leído nada nunca de Andrea Nusán y ha sido un buen descubrimiento, creo que su control de la trama junto con lo que cuentan los personajes sin decir es estupendo. de hecho, ahora mismo no recuerdo otra novela que me haya enganchado en ese plano. Además, la historia, ese misterio de ultratumba con misterios de esa sociedad cerrada de algunas localizaciones me ha enganchado mucho y me ha provocado el seguir leyendo. Añadid lo que os he dicho del estilo y que la obra es corta, y tenéis una lectura muy entretenida y gustosa. Espero que os animéis con ella y que lo disfrutéis mucho. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... |
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