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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
19 February 2021
La bruja novata ha sido siempre una película de la infancia vista mil veces en su día y que forma parte de la añoranza de ese tipo de historias que ya no se hacen. Cuando eres una cría nunca olvidas algo como un boliche (¡boliche! Antes de la película jamás había escuchado esta palabra) que se enrosca en la esquina de una cama y te lleva a cualquier lugar que quieras a vivir mil aventuras. Como digo, es una película que vi muchas veces en su día pero de la que jamás se me pasó por la cabeza que estuviese basada en un libro... hasta hace unos años, que descubrí que efectivamente estaba basada en unas novelas y que su autora era Mary Norton, la misma que dio vida a Los diminutos ( o Los incursores, como han titulado el libro en castellano). El caso es que cuando RBA publicó este libro me hice inmediatamente con él, y tenía pensado leerlo el año pasado, pero Mónica y yo comenzamos a hablar del reto de las Hermanas Fatídicas allá por verano y decidí postergarlo para el propio reto... y aquí estoy, una parrafada después, para hablaros de la bruja novata. Eso sí, os aviso desde ya a quienes hayáis visto la película: no se parecen en nada salvo el boliche y la cama.

En realidad La bruja novata como tal, que es el nombre del libro, solo se llama así porque fue el título de la película en España y de alguna manera había que captar a los nostálgicos de la peli (aka Márketing editorial de toda la vida de Loki). Cuando abres el ejemplar te encuentras con los verdaderos títulos de los dos libros que incluye, que son El boliche mágico y su segunda parte, Hogueras y escobas.

El boliche mágico está protagonizado por tres hermanos londinenses (Carey, Charles y Paul). Se encuentran pasando unas vacaciones en casa de una tía en Bedfordshire, y tienen como vecina a una tal señorita Price que, ¡sorpresa!, es una aprendiz de bruja, cosa que ellos asumen con total naturalidad cuando descubren que se ha caído de su escoba durante la noche. La pobre señorita Price se lamenta de haber empezado demasiado tarde con sus clases de bruja porque nunca conseguirá ser malvada (es que no le sale a la pobre, qué se le va a hacer), pero aun así tiene que mantener las bocas de estos niños cerradas para que no desvelen su secreto, así que hace magia sobre un boliche que, enroscado en su lugar de la cama, unas vueltas por allí, unos deseos por allá, los llevará donde ellos quieran... solo queda pensar bien esos deseos, porque las consecuencias de una decisión equivocada pueden acarrear desde policías hasta caníbales.

Hogueras y escobas tiene los mismos protagonistas pero el tono es muy distinto. Han pasado un par de años, los niños viven su rutina habitual en Londres y el boliche mágico forma parte de esas cosas "que a lo mejor no han sucedido y a lo mejor hemos soñado"... pero llega el verano y surge la oportunidad de ser acogidos en casa de la señorita Price para pasar sus vacaciones. Se frotan las manos porque todo un mes bajo el mismo techo de una bruja da para muchas aventuras, pero se encuentran a una señorita Price que ha renegado de la magia y que no quiere saber nada de boliches mágicos... hasta que los niños viajan al pasado justo antes de que tenga lugar el Gran Incendio de Londres de 1666, y se traen a un hombre con ellos de vuelta... un hombre que muestra tanta fascinación por la señorita Price como sorpresa por la vida en el siglo XX (¿de verdad tiene que bañarse? ¡eso te hace pillar muchas enfermedades!). El caso es que se ven todos envueltos en una aventura mucho más excitante y peligrosa de lo que esperaban.

La primera de las dos novelas, El boliche mágico, actúa un poco de avanzadilla, conocen a la señorita Price, descubren su secreto, corren un par de aventuras... pero todo se acaba pronto cuando al volver del segundo viaje a bordo de la cama son incapaces de dar explicaciones sobre su aspecto y su tía los devuelve junto a su madre en Londres. Es en el segundo libro, Hogueras y escobas, cuando la autora se envalentona y usa todo el potencial que tiene el boliche mágico, porque no solo te lleva donde tú quieras, sino que también viaja en el tiempo, y ahí ya entran elementos que complican la trama y la hacen más interesante. Viajan al siglo XVII, se tienen que preocupar por la ropa que llevan para no llamar la atención, se utiliza un hecho histórico conocido y estudiado por los ingleses desde que son unos críos como es el Gran Incendio de Londres de 1666, contrapone la bruja pizpireta del siglo XX que es la señorita Price a la quema de brujas que todavía se hacía en ese pasado al que viajan, traen a un hombre de aquella época al presente y lo enfrentan a un mundo que nada tiene que ver con lo que conoce... Es como más madura en los temas que trata y menos infantil que la primera parte (de hecho se adentra sutilmente en cosas de adultos sin mostrarse condescendiente en absoluto), y quizás por eso mi mente de adulta ha disfrutado más de esta segunda novela por considerarla mucho más completa y compleja que la primera, pero yo creo que lo interesante es leer las dos tal y como las presenta este volumen como si fueran una sola para comprender mejor la evolución y crecimiento del mundo que crea Mary Norton.

Voy abreviando. Tenía muchísimas ganas de leer La bruja novata y me ha encantado la experiencia, sobre todo el segundo libro. No tiene nada que ver con la historia de la película salvo que comparten la misma base en cuanto a bruja-niños-boliche mágico, pero casi que lo prefiero. ¿Por qué leer lo que ya conozco si puedo encontrar algo diferente que aporte nuevas aventuras? Todo ha sido nuevo y lo he agradecido. ¿Me ha gustado más que la película? Pues no, tampoco os voy a mentir, pero es que la película para mí es muy especial y no soy objetiva. Y la edición es muy bonita, que todo cuenta.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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