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Federico II, el Grande, monarca de Prusia (1712-1786) emitió en 1756 el Kartoffelbefehl, o lo que es lo mismo el "edicto de la patata" con el que habría de reservarse un 10% de la tierra para el cultivo de este tubérculo. ¿El motivo?, estaba convencido de las grandes ventajas que conllevaría para el pueblo su consumo y su cultivo. Además de resistir las condiciones climáticas adversas era una planta sencilla de cultivar, y dado que Europa por aquellos tiempos sufría de grandes hambrunas se necesitaba un alimento "todo terreno". Y éste, sin lugar a dudas, era la patata que, muchos años antes, tras el descubrimiento de América, habían traído los españoles desde tierras incas. Pero antes del edicto en cuestión, Federico II se había empeñado en que sus súbditos comieran patatas. Pero éstos no estaban tan convencidos, entre otras razones porque no aparecía en la Biblia, y si no lo hacía era por ser alimento del diablo y transmitir las más horrendas enfermedades (todo mentira, ¡claro!) Cómo los empeños del monarca no fructificaban, éste no tuvo más remedio que echarle imaginación al asunto, y optó por plantarla en los jardines y huertos de palacio custodiada por su guardia. El pueblo pensó entonces que fuera lo que fuera lo que habían plantado debía tratarse de algo muy valioso. ¿El resultado? Efectivamente, las plantas de patata fueron robadas en un "descuido" de la guardia, y a partir de entonces la patata se convirtió en un alimento fundamental en la alimentación prusiana. Sea o no leyenda, el caso es que la tumba del monarca (Palacio de Sanssouci, Postdam) es frecuente encontrarla rodeada de flores y...patatas. Hasta aquí la historia, real o no, que trata de contar este álbum. Y digo trata de hacerlo porque a mi no me ha gustado, aunque reconozco que ilustrarlo, de manera concisa, lo consigue. Y ello se debe, quizá, a los dibujos que, bajo mi punto de vista, y esto es muy subjetivo, son sosos y carentes de atractivo alguno. ¿Se entiende la historia? Si. Son diseños muy básicos en los que se utiliza, a lo sumo, tres colores en tinta aguada para el rey, los guardias, las plantas, y los súbditos. El resto del protagonismo lo tiene la patata, literalmente. El diseñador ha utilizado una imagen de una patata que sirve tanto de pedestal como de corona. A veces está delante, y otras veces detrás de un guardia. Entera, troceada, solitaria o rodeada de soldados. Es una oda a la patata, pero...carece de atractivo. al menos para mi. Seguramente a los niños les encantará, y ese es el propósito, supongo. El responsable de las ilustraciones es Christoph Niemann, un diseñador gráfico alemán que, al parecer, tiene conquistado al mundo con sus "extravagantes" ilustraciones (esto no lo he dicho yo, lo he leído en un artículo que dejo aquí https://www.thisiscolossal.com/2021/02/christoph-niemann-illustrations/) Es cierto que ingenio no le falta y sus creaciones de iconos e infografías son peculiares, originales y divertidas. Muy distinto es hacer un libro para niños. Como publicista una máquina, como ilustrador infantil a mí no me convence...al menos en este álbum. Enlace: https://megustaestelibro.blo.. |
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