La generación millenial hemos tenido que lidiar con dos crisis económicas, subida de tasas universitarias, sobrecualificación, precariedad laboral, alquileres desorbitados...y aún así tenemos que aguantar que se nos tache de generación de cristal. Hicimos lo que nos dijeron que había que hacer: estudiar una carrera. Y luego, qué? Encadenar trabajos mal pagados en condiciones de explotación para ni siquiera poder permitirnos pagar un alquiler. Todo ello empuja irremediablemente a una gran crisis de salud mental. Pero eh, no te puedes quejar, que hubo tiempos peores. Esta novela va preciosamente de eso, de Natalia, que representa a una de tantas personas de esa generación que se ve atrapada en un bucle de precariedad, ansiedad y frustración, con unas condiciones materiales que le impiden tener un proyecto de vida propio. Y en medio de toda la tempestad, sus amigas se erigen como salvavidas, porque sola puedes, pero con amigas es mejor, y porque nadie se salva sola. Es un libro escrito en primera persona y de manera informal, ligero y ameno, aunque a mí se me ha quedado algo flojo. Con todo, es un libro al que merece la pena dar una oportunidad. |