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Crítica de pasiondelalectura


pasiondelalectura
24 June 2019
ractura (2017) necesitó 7 años de escritura, ha sido Finalista del Premio San Clemente; podría ser una novela total a través del ciclo de vida completo del protagonista Yoshie Watanabe (un apellido muy común en Japón), un sobreviviente de la bomba de Hiroshima. El título y la portada ilustran muy bien el contenido del libro con una metáfora muy bonita con la palabra japonesa kintsugi que consiste en la reparación de un objeto en cerámica quebrado con un barniz de resina o de polvo de oro o de plata, dejando bien expuestas las « cicatrices » en vez de esconderlas, una manera de otorgarle una nueva belleza.


El libro comienza y termina en Japón. Yoshie Watanabe es un crío cuando ve morir a su padre aplastado por un árbol en el momento de la deflagración atómica en Hiroshima. La madre y las dos hermanas mueren en Nagasaki con la otra bomba. Unos tíos se preocupan de criarlo. Queda dañado con cicatrices en los brazos y en la espalda. No habla del accidente, no lo saca a relucir como tantos otros damnificados que prefieren callar el episodio traumático.

Yoshie desea estudiar en Francia y con sacrificio, su tío lo envía a Paris a estudiar administración de empresas; en Paris vivirá su primer amor con Violet en los años 60. Tendrá buena situación económica en una empresa nipona de electrónica. Luego aceptará un traslado a Nueva York donde conocerá a la periodista Lorrie con quien convivirá durante los años 70 y será su primera pareja seria. En la década del 80 será trasladado a Buenos Aires donde vivirá los años difíciles de la post dictadura y de la crisis económica, tendrá pareja con Mariela una intérprete y traductora porteña con quien tendrá cierta vida familiar ya que Yoshie acepta de convivir con el pasado familiar de Mariela. Finalmente terminará su carrera en Madrid donde hará pareja con Carmen, una fisioterapeuta, será un amor otoñal quizás el más conmovedor.

Con todas sus mujeres Yoshie se lleva bien , cada una de ellas le ha enseñado a vivir, a crecer y a gozar con culturas diferentes. Cada mujer corresponde a edades diferentes y a fases diferentes en la manera de amar. Cada cambio en la vida del atribulado Yoshie será como una terapia del olvido, cada vez Watanabe se descompone en otro personaje ávido de integrarse, ávido de fundirse en el paisaje.

En Madrid y en los años 90 de la crisis española, la empresa japonesa de electrónica está de capa caída. Es el momento en que Yoshie se jubila, lo que para un japonés representa un abismo porque un japonés vive para el trabajo. Carmen no quiere seguirlo a Japón, no se siente capaz de cambiar de rumbo. Finalmente Yoshie Watanabe partirá solo y le costará ambientarse en su propio país, la gente casi no entiende su hablar…

El terremoto de marzo 2011 va a reactivar sus cicatrices que se abrirán, sobre todo después del tsunami y el accidente de Fukushima. Yoshie decide partir hacia la zona contaminada para compartir con la gente que no ha querido dejar sus casas porque quisiera redimirse de haber huído toda su vida de sus recuerdos, de lo indicible, de lo inénarrable. Fukushima despierta sus viejos fantasmas y resulta tan metafórico ver a Watanabe circular en coche por la zona contaminada sorteando baches, sorteando grietas, tratando de pasar por los lados, esquivando obstáculos, pero las grietas están siempre ahí haga lo que haga, como sus recuerdos.

Es un libro curioso, diferente, interesante, misterioso, que conlleva tres fuerzas : la energía (aquí atómica), la economía (aquí la electrónica japonesa y los diversos problemas económicos en los países atravesados) y el amor. Son corrientes poderosas, profundas, como las corrientes marinas evocadas al final del libro. Y los viajes incesantes de Yoshie son instrumentos humanistas que permiten el acercamiento entre seres; así, el Japón aparece como un espejismo de lejanía que se va acercando a medida que transcurre la historia.

Curioso como el único país que sufrió la bomba atómica haya invertido en una central nuclear, dominio en Japón supeditado a un poder arcaico de la sociedad japonesa que no tiene nada que ver con un medio científico especializado.

El final del libro es esperanzador porque Watanabe sale de su espacio de confort para afrontar su pasado. Es un verdadero sobreviviente.

Las escenas descritas en el libro sobre Hiroshima y Nagasaki son espeluznantes. Pero no son tan descriptivas como en el libro de Romain Slocombe Un été au Kansai que les recomiendo.
Enlace: https://pasiondelalectura.wo..
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