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Leer a Edith Nesbit después de Dickens no es ponérselo fácil. Y es que andaba yo aún loca con el tormentón final de David Copperfield. Diré que el libro es bueno. de gran lirismo y con toques continuos de singularidad en los diálogos, escenarios y personajes. No es un libro infantil al uso, es para niños que van más allá de la pura historia y se deleitan en las cosas extrañas, en los comentarios curiosos o en las situaciones extravagantes. Dicen que inspiró a JK Rowling, pero no nos confundamos, la originalidad y poética de Nesbit no tiene absolutamente nada que ver con el mundo de Rowling. Me preocupa que estos libros no calen en los niños a los que se les mete por los ojos lectura de consumo fácil y con temas cercanos o “de moda”. No sé si lo enanos de piel de foca -que son un invento espléndido de la autora- les atraparían, o el tobogán de hielo, o la magnífica ironía respecto al trabajo, la monarquía y los jefes que impregna todo el cuento Billy Rey. Es una colección fantástica de cuentos. Mis favoritos: El dragón de hielo, por sus maravillosas imágenes y el paso teatral de una escena a otra, y Billy Rey, toda una lección para mentes despiertas. Hago mención a las ilustraciones de Rocío Martínez porque no sólo son preciosas sino que además han captado la musicalidad del libro y la transmiten. de nuevo mis preferidas las de El dragón de hielo. Quedo pendiente de leer Los chicos del ferrocarril, cuando tenga tiempo. |
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