Sigo con interés a la autora por Instagram y terminé su libro en dos días, en los que me sumergí de lleno en las andanzas de una banda de heavy metal, cuyos miembros son invocadores leales a la Orden del Pacto. Mediante una narración fluida y cercana, Prisca nos coloca en la Barcelona olímpica de 1992, donde confluyen fantasía, seres paranormales, romanticismo y un toque "hot" de erotismo que me ha sorprendido, porque no es un género habitual entre mis lecturas. ¡Una saga muy recomendable!
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