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Esta novela, cuyo relato se sitúa en los años posteriores al fin de la primera guerra mundial, refleja con un tono sombrío la búsqueda de la felicidad y del placer, temas sobre los que la autora reflexiona a lo largo de la obra. Para ello recurre al uso del paso del tiempo en sus personajes, de modo que podemos apreciar la forma como se evoluciona su concepción de estas dimensiones, de la forma como se confunden y se distancian, y del tipo de decisiones que todo ello implica. Acompañando la historia de los dos personajes principales, Antoine y Marianne, la escritora disecciona el espíritu de la juventud en los primeros años veinte de un modo despiadado y compasivo al mismo tiempo. El atrevimiento de la escritora, a mi modo de ver, es el de mostrar personajes insolentes, descreídos, cínicos… inmersos en un proceso de construcción de nuevos parámetros de relación alejados ya de ciertos convencionalismos (para lo que era la época -fue publicada en 1936- y lo esperable en la literatura producida por una mujer). La novela resulta sorprendentemente moderna en el planteamiento de algunos temas y en la representación de roles femeninos y de las relaciones, y como es habitual en la escritora, el relato es profundamente psicológico, algo siempre interesante. Lo cierto es que la trama en sí se puede resultar anodina, incluso predecible, y sin embargo lo que trasciende es la capacidad de la escritora para retratar la naturaleza humana a través de los pensamientos y las emociones de sus personajes, con profundo detalle y, al mismo tiempo, de forma ágil y siempre elegante. Enlace: https://instagram.com/lesbou.. |
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