La pirámide blanca

“La pirámide blanca” es una novela que podemos clasificar como novela histórica. Gira en en torno a la construcción de la pirámide del faraón Keops, que reino en el antiguo Egipto en un período de entre 20 y 30 años entre 2600 y el 2700 a.c.. La novela comienza con el saqueo de la tumba del faraón Esnofru, padre del faraón Keops, por parte de unos bandidos. En el robo se llevan todos los objetos de valor que existían en el mausoleo. Esto hace que Keops se preocupe por la seguridad del que será su futura tumba, localizada en la pirámide. Es por ello que encarga a Hemiunu el jefe de los constructores del estado, que construya una tumba a prueba de robos. Hemiunu tendrá la ayuda de su hija Shesat y del sacerdote mago Djedi, que domina la heka (magia) y que es gran conocedor de los papiros antiguos donde se desarrollan hechos mágicos. Hordjedef, hijo de Keops, acompañado de su amigo Ranefer, jefe de los escribas, quiere entrar a liderar la dirección de la construcción de la pirámide. Sin embargo, Hordjedef tiene una vida alegre, de vino y fiestas. No está a la altura y no tiene los conocimientos de construcción necesarios para llevar a cabo el proyecto. Enseguida surgen las tiranteces entre Hordjedef y Hemiunu, su hija y el sacerdote Djedi. Hordjedef actúa de forma prepotente y se quitará de en medio a cualquiera que pueda hacerle sombra. Se apropiará del trabajo hecho por Hemiunu. Utilizará todos sus recursos para hacer creer al faraón que él está al cargo de todo. Sin embargo, la construcción de la pirámide es algo que supera los conocimientos de Hordjedef, el cargo de jefe de constructores arrebatado a Hemiunu se le queda largo. Pero de alguna forma la obra de la pirámide sigue su proceso y el propio Hordjedef tratará de descubrir que está ocurriendo.
En mi opinión la novela es de lectura fácil e instructiva. La historia del antiguo Egipto es apasionante, llena todavía de misterios y aspectos sin resolver. La lectura se hace muy rápida porque la historia se entremezcla con un thriller cuya intriga te hace avanzar páginas sin enterante. Quizá se podría haber reducido el número de páginas, ya que algunos textos se repiten en diálogos entre personajes distintos.
Al final del libro hay una nota del autor que te resume lo que hay de realidad en la novela. Algo que es muy de agradecer en cualquier novela histórica. Aquí se nota que Nacho Ares es un gran experto. le tengo que agradecer esta nota histórica.
Respecto a la presentación del libro, hay que señalar que la calidad del papel y de la impresión está muy por debajo de la calidad de la portada y de la encuadernación. La editorial debería tomar nota sobre este punto.